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lunes, 30 de agosto de 2010

Sakura Uta ( Jigoku Shoujo )

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miércoles, 11 de agosto de 2010


Los astros incandescentes arrojan fuego y luz sobre el espacio, pero indefectiblemente son devorados por la espesa oscuridad que los rodea. Y somos nosotros pequeñas chispas de esos monstruos, en un serpentear descontrolado…que es nuestra vida, Desde la luz de lo sagrado hacia la profana oscuridad del abismo.

Las caras de mamà


Mi madre compraba víveres en el supermercado de los chinos. Yo disfrutaba de viajar cómodamente por los pasillos en su carrito, arrodillado entre el jabón en polvo y la leche descremada. Al llegar a la góndola de las verduras, detuvimos nuestra marcha y ella se dispuso a seleccionar los tomates que llevaría. Cuando inclino su cuerpo para recoger uno de los tomates, la parte izquierda de su cara se desprendió y cayó sobre las verduras frescas. El espanto y el asco de los compradores fue tal, que muchos vomitaron sobre distintas góndolas y sobre el piso encerado. Todas estas regurgitaciones de diversos colores provocaron que varias personas atemorizadas resbalaran camino a la salida.

Mi pobre madre debió someterse a más de 400 operaciones a lo largo de 7 años, pero sus rasgos jamás volvieron. Una prótesis de rostro fue creada exclusivamente para ella. El primer modelo era algo inexpresivo, pero luego obtuvo diseños más coloridos y alocados que intercambiaba dependiendo la ocasión y sus estados de ánimo.

Una desafortunada mañana mientras yo desayunaba en soledad, ella ingreso al comedor sin percatarse de que llevaba puesta su prótesis al revés, y para peor había confundido el diseño “mañanas tranquilas” con el de “Noches de sexo salvaje”. El sobresalto provoco que tirara en mis pantalones el yogurt con cereales que estaba ingiriendo. Ella, por su parte, corrió avergonzada hacia su cuarto y cerro la puerta con llave.

Horas después, yo me encontraba en la escuela, siendo objeto de burlas como era habitual, y sin poder dejar de pensar en la perturbadora imagen de mi monstruosa madre. Mientras terminaba de dibujar un tigre con una ametralladora disparándole a un satélite de la NASA, dos señoras con rostros preocupados entraron al salón y me llevaron afuera. Allí, en el desolado corredor de paredes descascaradas, entre un insoportable murmullo de útiles escolares, ellas me informaron que mi madre había fallecido.

sábado, 24 de abril de 2010

La muerte de Aimè.



Una fría tarde de invierno, Aimè decidió salir a caminar por el bosque cercano a la casa donde vivía con su madre desde que tenía uso de razón. Aquel tenebroso bosque al que tanto debía temer, aquel plagado de peligros. Toda su infancia, la niña había escuchado a su madre enumerar los horrores que en ese lugar la esperaban si un día se aventuraba a cruzar la primera hilera de árboles. Pero a los doce años, su curiosidad era demasiado grande, y a escondidas corrió hacia el sitio prohibido con una mezcla de miedo y ansiedad.

Una vez allí, abriéndose paso entre la tupida vegetación, pudo observar mejor a los pájaros que cada tarde recitaban sus melodías, y que ella siempre oía. Y se maravillo de las flores que crecían coloridas cerca de un árbol tumbado. Fue alarmada una y otra vez por la naturaleza, y hasta en un momento contemplo la idea de regresar corriendo a su hogar. Pero no lo hizo.

De pronto, noto que había transitado un largo tramo de terreno, y que su casa ya no podía ser vista a causa de la inmensa pared de árboles. Su plan era sencillo: exploraría el bosque hasta cansarse y luego regresaría a su casa, mientras aun la luz del sol llegara al suelo. Ingresaría a su casa mientras aun su madre se encontrara ausente, por lo tanto esta no se enteraría de su pequeña excursión, y nada malo habría de suceder.

El sol comenzó a decender, y ya su luz apenas se filtraba por entre los árboles. Aimè emprendió el camino de vuelta por donde había llegado, apresurada, pues no había calculado bien, y ya la luz era demasiada escasa…

A poco menos de mitad de camino, sintió un chillido metálico abominable bajo sus pies. Una trampa para osos había apresado su pequeña pierna, destrozándola. La sangre emanaba desenfrenadamente hasta filtrarse por el suelo de tierra húmeda, ya casi en completa oscuridad. Aimè grito y grito pidiendo auxilio, pero luego de una interminable hora de agonía, nadie había venido a su rescate. Para peor, una manada de lobos hambrientos olfateo la sangre fresca de la pequeña, y en cuestión de minutos acudieron a desgarrar su carne joven, mientras ella seguía con vida.

Tres días luego, los restos de Aimè que las alimañas no habían engullido fueron encontrados dispersos alrededor de una trampa para osos ensangrentada. Allí estaba su cabello rubio desperdigado en el barro y la sangre, sus dientes, algunos huesos y su ropa hecha jirones.

Su madre decidió acabar con su vida, y tomando un pelador de papas oxidado corto sus venas con mucha dificultad hasta morir desangrada en la habitación que era de su hija.


jueves, 18 de marzo de 2010

Casas embrujadas (La casa del ahorcado)



Cuenta la historia que un hombre decidió ahorcarse en esta vieja casa, debido a problemas económicos. Desde entonces es conocida como..."La casa del ahorcado".
Suelen escucharse ruidos extraños provenientes de esta construcción maligna...
Y según dicen, a la madrugada puede verse al ahorcado parado junto a la ventana, acomodando su cuerda en el tirante, preparado para dar el salto hacia su muerte...una y otra vez. Quizás se haya librado de sus deudas, pero jamás podrá librarse de vagar eternamente en pena dentro su prisión derruida. Para siempre destinado a cometer suicidio, noche tras noche.




Asco.



Mi perra hizo un enorme charco de meo justo al lado de mis pies. No es cualquier meo, es espeso, muy amarillo, y huele a vejiga enferma. Estuve chapoteando un largo rato en ese liquido, pensando “Que será lo que huele como hamburguesas quemadas?” antes de darme cuenta que navegaba en un mar de deyecciones caninas.
Trague mi propio vomito y limpie el charco hediondo como pude, puse unos papeles absorbentes y tire mucho desodorante, pero el olor aun persiste.



Historia real. Solo para intentar asquear a uno de los 3 lectores del blog.

Por ahí es para lo único que sirvo…dar asco.

Asi que deberia hacerlo.


Dedicado a V.V

sábado, 13 de marzo de 2010



“No aceptes lo habitual como cosa natural.
Porque en tiempos de desorden,
de confusión organizada,
de humanidad deshumanizada,
nada debe parecer natural.
Nada debe parecer imposible de cambiar.”


Bertolt Brecht